Enclave Arqueológico Castillo de Doña Blanca

El Enclave Arqueológico Castillo de Doña Blanca se encuentra localizado en las cercanías de El Puerto de Santa María, concretamente en el pago de Sidueña. Se trata de los restos más extensos y mejor conservados del urbanismo fenicio de todo el Mediterráneo central y occidental.

El yacimiento se localiza en el castillo de Doña Blanca, con unas seis hectáreas de extensión, flanqueado al norte por la Sierra de San Cristóbal y al sur por una gran llanura de marismas y salinas formada por depósitos aluviales del Guadalete.

Los restos más antiguos encontrados en él se datan en una fase tardía de la Edad del Cobre, de finales del III milenio a.C., detectándose la presencia de lagares, piletas en las que se realizaba el pisado de la uva y calles bien delimitadas. Parece ser que el yacimiento permanece deshabitado hasta la primera mitad del siglo VIII a.C. momento en el que vuelve a ser ocupado, construyéndose pocos años después de la primera muralla.

El enclave permanece poblado de forma continuada hasta la llegada de los romanos, con motivo de la Segunda Guerra Púnica. Durante estos cinco siglos de ocupación ininterrumpida, la ciudad sufre varias remodelaciones urbanísticas y la construcción de otras dos murallas. Vuelve a quedar abandonado hasta Época Medieval Islámica, momentos en los que se estableció una alquería almohade. En el siglo XVI se construye una ermita, de planta de cruz griega, que es la torre aún conservada y que se denomina popularmente Torre o Castillo de Doña Blanca, ya que la tradición popular la identifica como el lugar en el que sufrió prisión Doña Blanca de Borbón, esposa de Pedro I.

Presenta un magnífico estado de conservación.